La idea puede parecer descabellada: comprar una casa con un valor de más de 300 mil dólares con solo un token Pi, pero esto es exactamente lo que algunos miembros de la comunidad de Pi Network están proponiendo, tras el lanzamiento completo de Open Mainnet, que tuvo lugar el 20 de febrero de 2025. Y no es simple retórica.
Un tweet del analista cripto Mr Spock resumió el revuelo: “¿Vender una casa por 1 token Pi a 314,159 mil dólares? Así es cómo el negocio de bienes raíces puede trabajar con el ecosistema de Pi Network”.
El mensaje caló hondo justo cuando Pi está transicionando de su versión cerrada beta una divisa con utilidad en el mundo real. Esto reavivó la gran pregunta del espacio cripto: ¿puede algo tan importante como una casa venderse usando sólo el token Pi?
La respuesta aparentemente es que sí, aunque sólo bajo condiciones muy específicas. En Pi Network el valor del token no se establece de acuerdo con las condiciones volátiles del mercado cripto. En cambio, depende de un Valor Global Consensuado (GCV, por sus siglas en inglés), que consiste en un acuerdo compartido entre los usuarios según el cual cada Pi tiene un valor de 314,159 dólares, y esta cifra no se basa en la especulación.
Un comprador puede ofrecer un token Pi para adquirir una casa basándose en el GCV, pero el vendedor sólo aceptará si puede con ese Pi puede comprar otras cosas de igual valor, sin necesidad de convertir en dinero.
En la práctica, el vendedor puede gastar un token Pi de muchas maneras, como en la compra de un vehículo, invirtiendo en proyectos de bienes raíces o incluso para comprar tierras u oro de negocios que acepten Pi. Otra opción es conservar el token como un activo de largo plazo.
En tanto todo esto ocurra dentro del ecosistema Pi y no haya efectivo de por medio, el GCV de Pi mantendrá intacto su valor por $314,159, pero si el vendedor quiere efectivo, el negocio se cae.
Un solo token Pi es suficiente y es probable que se pidan 500 de estos tokens para cubrir las pérdidas por convertirlo en moneda fiduciaria e incluso rechazar por completo la oferta, ya que una vez que el dinero convencional entra en el juego, todo el modelo del GCV se derrumba.
Para que el GCV funcione, Pi necesita una fuerte economía interna, en la que la gente pueda vender y comprar objetos o servicios reales, como coches, propiedades, etcétera, utilizando solo el token. Esto ya está empezando a verse. En Estados Unidos, algunas concesionarias de vehículos, como Cube Motor y firmas de bienes raíces como Zito Realty están aceptando Pi.
También algunos constructores, desarrolladores de bienes raíces y equipos tecnológicos están trabajando en la co-propiedad fraccionada de Pi fraccionado, préstamos de construcción y fideicomisos inmobiliarios completamente en Pi (PRTs). Algunos usuarios pioneros están demostrando que el concepto puede funcionar si este ecosistema continúa creciendo.
Sin duda una oferta de un Pi por una casa de 314,159 dólares suena absurda, ya que desafía la lógica convencional; sin embargo, esto no ha impedido que la gente haga fila para participar.
Para muchos en la comunidad Pi, la moneda no es un token especulativo, sino la base para un nuevo tipo de economía que podría proveer de bienes, servicios e infraestructura financiera al mundo real.
Al final del día, los escépticos quizá consideren “tonta” la idea o la etiqueten como fantasía de ciencia de ficción, pero en un ecosistema donde la confianza brinda utilidad y en la que todos los involucrados construyen y gastan activamente, la idea de adquirir una casa por un solo Pi ha pasado de la teoría a la práctica.
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